Hace varios años leí “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago, un libro que me sedujo desde ese lugar tan peculiar como la estructura de su prosa y que, a medida que avanzaba en la lectura, me impactó terriblemente.
Anoche, vi la película “Blindness” dirigida por Fernando Meirelles y basada en la novela. Y de nuevo, acusé el impacto.
¿Cuáles son los límites del vivir y el sobrevivir? ¿Qué es lo que vemos? ¿Qué es lo que dejamos de ver? ¿A qué cegueras nos sometemos cotidianamente? ¿Qué tan solidarios, malvados, morales, libres, se puede ser cuando se parte desde la ignorancia? ¿Qué tal si esa ignorancia es autoimpuesta?
Ya no acepto más vendas en los ojos.
Yo soy esta mujer de 1,56 mts, pelirroja, 32 años, que adora el chocolate y los libros, que lucha contra el desorden (aunque a veces sin demasiado ahínco), con la manía de intentar controlarlo todo, y con pilas de cualidades y de defectos. Uno de los personajes de “Ensayo...” dice: “Hay en nosotros una cosa que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos”.
Anoche, vi la película “Blindness” dirigida por Fernando Meirelles y basada en la novela. Y de nuevo, acusé el impacto.
¿Cuáles son los límites del vivir y el sobrevivir? ¿Qué es lo que vemos? ¿Qué es lo que dejamos de ver? ¿A qué cegueras nos sometemos cotidianamente? ¿Qué tan solidarios, malvados, morales, libres, se puede ser cuando se parte desde la ignorancia? ¿Qué tal si esa ignorancia es autoimpuesta?
Ya no acepto más vendas en los ojos.
Yo soy esta mujer de 1,56 mts, pelirroja, 32 años, que adora el chocolate y los libros, que lucha contra el desorden (aunque a veces sin demasiado ahínco), con la manía de intentar controlarlo todo, y con pilas de cualidades y de defectos. Uno de los personajes de “Ensayo...” dice: “Hay en nosotros una cosa que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos”.
También soy eso.
Eso que soy que no tiene nombre.
Eso que soy que no tiene nombre.