28 de septiembre de 2007

C. escribe como me gustaria escribir/sentir a mí. O al menos , como me gustaría expresarme sobre lo cotidiano y lo intangible, con tanto detalle y tanto amor. Hay un poco de envidia en mis palabras. Y bastante de verdad en esta confesión.
C. es un ser humano al que no conozco y, sin embargo, admiro.
Lo maravilloso de esto, es que ella me obliga a buscar, a descubrir y a conocer otros mundos, otros trovadores, otras letras que parecen tan lejanas y son, sin embargo, parte de algo que reconozco como raíz. Son tan profundos que los siento míos. Yo sabía que existian


Mientras tú existas,

mientras mi mirada

te busque más allá de las colinas,

mientras nada

me llene el corazón,

si no es tu imagen,

y haya una remota posibilidad

de que estés viva en algún sitio,

iluminada por una luz—cualquiera...


Mientras

yo presienta que eres y te llamas así,

con ese nombre tuyo tan pequeño,

seguiré como ahora,

amada mía,

transido de distancia,

bajo ese amor que crece y no se muere,

bajo ese amor que sigue y nunca acaba.



( El autor, este poeta Angel González, es como un brindis. Habla por mi, por vos, por vos, por mí.
A veces siento que el hilo tira y mientras lo protejo y lo acomodo entre mis dedos , disfruto jugar con él.)

Una noche mas

Busco-busco en la red y encuentro a Luis Eduardo Aute, milagroso, casi dolorosamente placentero, así:

Tu sed transubstancia mi sudor
en vino que bebemos en cada beso
Tus pies no se hunden
en los lagos de mis lágrimas.
Tu saliva siembra la luz
en la noche de mis ojos.
Tu voz resucita mis músculos dormidos
mis latidos sepultados.
Tus manos, cuando me tocan, curan
mis heridas más invisibles.
Tu hambre fecunda peces
que se multiplican como deseos de humedad
en el múltiple pan de mi cuerpo.
cada vez que me amas,
es un milagro

27 de septiembre de 2007

Descreída

la balanza va y viene
hoy arriba y en dos horas para abajo
un mucho de sueño y un poco de enojo
ya casi ninguna lágrima
estúpida yo, cabeza de medusa
donde horribles serpientes se enredan
en torno a los ojos que alguna vez
miraron con amor
estúpida por creer en el ser humano
en la variedad de ser humano
en la que se puede confiar
eso sí, no pierdo mi cualidad:
soy persistente

25 de septiembre de 2007

Alta Gracia, Córdoba

Che 1997

Lo han cubierto/ de afiches de pancartas
de voces en los muros
de agravios retroactivos
de honores a destiempo

lo han transformado en pieza de consumo
en memoria trivial
en ayer sin retorno
en rabia embalsamada

han decidido usarlo como epílogo
como última thule de la inocencia vana
como añejo arquetipo de santo o satanás

y quizás han resuelto que la única forma
de desprenderse de él
o dejarlo al garete
es vaciarlo de lumbre
convertirlo en un héroe
de mármol o de yeso
y por lo tanto inmóvil
o mejor como mito
o silueta o fantasma
del pasado pisado

sin embargo los ojos incerrables del che
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mundo
no entienda que treinta años después sigue bregando dulce y tenaz por la dicha del hombre.


Mario Benedetti

22 de septiembre de 2007


sigo durmiendo con Girondo.

sus Obras gorditas encontraron su hogar en mi almohada

de alguna manera, me protegen en las noches

en que me ronda el diablo y Marga esta lejos

o dormida


(se cumplio su profecía, O...)

Equilibrio..Des?...


La tan mentada palabra me recorre una y otra vez.
Hasta hace unos días, me debatía entre a donde hacer el picnic: si en el rio con sus aguas transparentes y sus peces oscuros o en el bosque con aromas y sus pájaros chillones...


Giró al rueda mágica una vez mas. Es la mano del destino. Una mano desconocida que hace que la cabeza de tantas vueltas como esa rueda...


Hoy me debato entre un sueño y una pesadilla.
Está todo bien, está todo bajo control: una máscara se superpone a mi rostro y esconde un poco de miedo y de ansiedad. Soy mujer y eso basta.
Soy fuerte y autosuficiente. El peñón, la piedra filosofal, soy el timonel. Sosténganse, yo puedo. Mis espaldas engañan! No son pequeñas sino inmensas, poderosas. Y a veces...


A veces basta que se inunde la cocina para sentir que el mundo es injusto. Soy eso también, mujer plomero-mujer cloaca.
A veces mi esfuerzo sacando las manchas de la bañera es puro y sagrado. Y casi ese acto (el de refregar el paño contra la loza) es igual a limpiar los pecados del mundo, de todo el mundo, menos los míos.
Otras veces siento que estoy parada, paradita ahí, en un pie, haciendo equilibrio, meciéndome entre el resto de los mortales.


Y me sostienen palabras, una voz, un gesto y mis ganas de no perder lo último que queda de cordura.

18 de septiembre de 2007

Alguito en english...


If I fell in love with you

Would you promise to be true

And help me understand 'cos

I've been in love before

And I found that love was more

Than just holding hands

If I give my heart to you

I must be sure from the very start

That you would love me more than her

If I trust in you Oh please, don't run and hide

If I love you too Oh please, don't hurt my pride

like her 'cos I couldn't stand the pain

And I would be sad if our new love

Was in vain

So I hope you see

That I would love to love you

And that she will cry

When she learns we are two 'cos

I couldn't stand the pain

And I would be sad if our new love

Was in vain

So I hope you see

That I would love to love you

And that she will cry

When she learns we are two

If I fell in love with you

6 de septiembre de 2007

Sensaciones 1

a veces miro el teléfono y justo suena
a veces suena el teléfono cuando pienso en él
y a veces es O.coincidiendo con mi mente
y su voz me acaricia el oído
y me hace acordar a la lengua de un gato
cálida y áspera
Me gusta O.
y su voz y su lengua

5 de septiembre de 2007

Calamaro al ataque...

de mi cabeza! Una letra del nuevo disco la Lengua Popular. Una canción que me hace poner la piel de gallina. A ver, a ver...

Soy tuyo

Me gusta desarmarme arriba tuyo
me gusta demasiado ensuciarte
besar tu flor, inmediata,
besarte atrás y adelante,
Me gusta tanto que me encante,
que quiero hasta la locura,
desarmarme en el vaivén de tu cintura,
y remar sobre tu espalda y naufragarte

Soy tuyo, con mi mayor convicción,
soy tuyo con toda la fuerza de mi corazón,
que es tuyo, y como cada pensamiento mío,
es tuyo , soy tuyo.
Soy tuyo, con mi mayor convicción,
soy tuyo con toda la fuerza de mi corazón,
que es tuyo, y como cada pensamiento mío,
es tuyo , soy tuyo.

4 de septiembre de 2007

Magia de domingo

Una tarde de domingo iba yo sentada en mi burbuja muy oronda, mirando como el sol, que entraba por la ventanilla del tren, calentaba mis piernas sobre las que se desparramaba el diario. Pasaba la ciudad, ojos-de-videoclip-oídos-de-MP3, con sus gentes en las calles, con los niños que desaparecían veloces ante la marcha del gusano de hierro, con su fauna y su flora de primavera recién despierta… En eso, y desde el pasillo, un par de manos hermosas hicieron desaparecer un pañuelito violeta ante mis ojos y los de todos los que estábamos en el vagón. Me arranqué los auriculares y emergí de la burbuja, casi violentamente.
Lo miré. Un señor alto, de cabello negro peinado en una trenza que poco tenía de femenina, iba y venía por el ínfimo espacio entre lo asientos, demostrando sus trucos, su habilidad manual y su verborragia. Hizo varios despliegeues de su destreza en estos menesteres con manchitas que aparecían y luego se iban de los palitos encantados, sin que nadie supiera adónde iban a parar; con una carterita en la que guardaba una moneda para luego no encontrarla allí: desaparecía (tan parecida a mis bolsillos, ja!) y hasta una varita mágica con la que sacaba música de la agarraderas de los asientos… Y todo esta exhibición, no era gratis: tenia un valor…
Una bolsa maravillosa hecha de papel de regalo que contenía nada más (y nada menos) que: -“¡120 trucos de magia, 2 horas y media de diversión garantizada!”- cantaba a voz en cuello el mago/vendedor ambulante- “Explicaciones en un folleto íntegramente en castellano. Y todo esto por solamente: ¡1 peso!”
Y allí estaba yo, con mi mano extendida, dispuesta a ser dueña por tan vil precio de los secretos de la gente que más fascina a grandes y chicos…

Y ahí quedé yo con mi moneda, sobre mi mano extendida. El mago/vendedor ambulante había estado vendiendo ilusiones desde muy temprano, y ya no le quedaban una bolsita de magia para mí y otros cuatro que nos debatíamos entre la desilusión y la vergüenza…
¡Que cerquita estuvo! ¡Que alegría encontrar en un viaje de rutina una situación, un momento que lo convirtió en algo para recordar y para compartir…
El próximo domingo intentaré tomar el tren a la misma hora… Quien sabe…

Surtido de gente

Había una vez una mujer que tenía varias personas viviendo dentro de su cabeza. Distintas mujeres que eran la delicia y el tormento de los que la rodeaban.
Alguna vez intentaron abandonarla (esa Mujer las forzaba a hacerlo), inventando un viaje y subiéndose a un bote sin brújula ni ruta. Un viaje que nunca fue: el bote todavía está anclado no muy lejos de la tierra.
Aún hoy ellas observan la orilla de lo cotidiano, desde el mar.


8
Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso!
¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?
El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto...
Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.
Oliverio Girondo

Una vez más Girondo... siempre presente, extrañamente acertado.
Y si, me encuentro. Y a veces me desencuentro.

3 de septiembre de 2007

Erase una vez un Juan


Había una vez un libro que rescaté de una batea, en una polvorienta pero adorable librería del Gran Buenos Aires. Y ahí, desde sus páginas, me asaltó un Juan Gelman con imágenes y sabores, en una plegaria profunda:


Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñame tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.

Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.






(Gracias Gabo Ferro, por "Mi testamento en tu espalda" y gracias O. por acercarlo a mis oídos)